Los frenillos, o brackets, tienen muchos otros propósitos además de los estéticos. Una sonrisa torcida puede causar daños en la boca provocando infecciones, problemas de la mandíbula y caries. Los frenillos son más efectivos si los usamos desde niños, pero también pueden ser efectivos en los adultos. Las siguientes cinco señales son indicios de que podrías necesitar un tratamiento ortodóntico con frenillos.
Dientes encimados
Los dientes se enciman cuando nuestra boca no tiene suficiente espacio para cada diente. Como resultado, se pudieran formar submordidas o sobremordidas. Las submordidas y las sobremordidas pueden modificar la posición de los dientes, lo que dificulta el uso del hilo dental. Si no usas hilo dental, la placa se puede acumular y causar caries. Los frenillos pueden emparejar los dientes, corregir las submordidas y las sobremordidas. Si tienes los dientes encimados, el utilizar frenillos puede prevenir muchos problemas médicos en el futuro. Reparar los dientes encimados puede tomar hasta dos años y tal vez más tiempo si el problema es severo.
Espacio entre los dientes
Diastema es el término correcto para describir la condición en la que se presentan espacios entre los dientes. Estos espacios ocurren cuando los dientes no guardan proporción con el tamaño de la mandíbula. También pueden formarse con hábitos como chuparse el dedo y tener un reflejo agresivo al tragar. Los frenillos pueden alinear los dientes para cerrar los espacios visibles. Si esta situación no se atiende, podría llegar a desarrollar enfermedades en las encías. La encía está indefensa sin los dientes y se puede convertir en un blanco fácil para la formación de placa. Aunque los espacios o diastemas parecen inofensivos, los aparatos ortodónticos pueden cerrarlos para evitar que se desarrollen enfermedades en las encías y evitar que causen mucho daño.
Problemas para morder cómodamente
El término maloclusión se usa para describir la situación en la que, al morder, la mandíbula no cierra correctamente. En esta situación ocurre que los dientes generalmente no están en el lugar correcto por lo que no permiten que la mandíbula se coloque en posición normal. Esta condición puede llegar a ser dolorosa y molesta. Las actividades comunes como hablar y comer requieren que la mandíbula se abra y cierre muchas veces. Los frenillos pueden reorganizar los dientes para que se acomoden correctamente. Si no recibes tratamiento, una mordida desalineada puede causarte graves complicaciones.
Dolor en la mandíbula
Si te duele la mandíbula, existe la posibilidad de que sea ocasionado por cualquiera de los trastornos bucales mencionados anteriormente. La submordidas, la sobremordidas, los diastemas y las maloclusiones pueden causar que rechines los dientes y otros malos hábitos. Estos problemas pueden afectarte y causar un trastorno de la ATM (Articulación Temporo-mandibular). Por suerte, los frenillos pueden enderezarte los dientes, lo que puede eliminar los problemas que conlleva tener los dientes desalineados. Un trastorno de la ATM puede causar otras complicaciones como dolor de cabeza, cuello o espalda si no es tratado adecuadamente. Si tienes problemas con tus dientes y sientes dolor en la mandíbula, consulta con un ortodoncista de TAO, ellos te pueden sugerir diferentes opciones de tratamiento. Puedes tratar el dolor de la mandíbula con el uso de frenillos y arreglar el problema de raíz.
Tener dificultad para hablar o masticar
Algunas personas pueden tener dificultades para pronunciar ciertas palabras, principalmente cuando sus dientes se interponen a la hora de hacer los movimientos correctos. Los frenillos pueden corregir la alineación de los dientes y hacer que hablar correctamente sea fácil nuevamente. Los dientes desalineados también pueden causar dolor extremo; debido a que están en posiciones incorrectas, los dientes pueden chocar entre sí al comer o al hablar. Los frenillos pueden detener estos choques haciendo que tus dientes vuelvan a su posición correcta. Nunca es demasiado tarde para utilizar frenillos y los beneficios pueden ser notables.
A los niños se les debe llevar al ortodoncista a los 7 años de edad, o antes si es que presentan alguna molestia en la boca. Los adultos también debemos consultar con el especialista, ya que los frenillos pueden solucionar una larga lista de problemas. No solo tu sonrisa se verá genial cuando te quiten los frenillos, sino que también te sentirás mucho mejor y tendrás una perspectiva saludable para el futuro
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